Huella de amor



Huella de amor
11/11/2010


En el invierno de mi alma
hunde sus raíces, lánguido,
un agapanto de glaucas hojas sin flor;
se mantiene de la memoria del olvido,
en la que sus botones de pálido añil
llenaron de gozo el tiempo vivido.

La dicha que prodigaba
se emponzoñó un aciago día
con la misma sabia que la vida le da,
quedando su hojas huérfanas
del ornato que las complementa;
dormidas en el sueño latente
que espera un providencial surtidor
cuyo néctar llegue a sus raíces,
ávidas del dulce elixir del amor.

Y el tiempo pasa, entretanto,
viendo como la tenaz mata espera,
y mantiene su liviano frescor
lamiendo los profundos rincones
que, húmedos, el alma mía conserva;
la huella que quedó impresa
ajena ya a quien la inspiró,
como el surco que labró en la roca
el agua que antaño la acarició.

Sobrevive junto al aciago acónito
que imita el índigo color de sus flores,
cuyas raíces se extienden, ansiosas,
sobre los despojos de su enemiga,
en lucha antagonista y desigual.
Si, marchita, aquella alimenta a la otra,
enseñándose florida y hermosa la detendrá.
Y el designio está en la fuente
que emana del alma mía,
dormida fábrica del jarabe
que hará brotar lozanas yemas
en nuevo esplendor,
tiernas muestras del afecto restaurado
de la lozana planta del amor.


..ooOoo..