Ánima/ánimus
Ánima/ánimus
02/11/2010
I
Esa zozobra, que la dualidad
provoca en el alma pura y serena,
la sangre roja inflama y envenena
en el límite de la sobriedad.
Hombre y mujer, juntos en soledad
como pisadas en la misma arena,
libran sus tobillos de la cadena
que les desiguala en la variedad.
Dos sensibilidades, o una sola.
Me regocijo en la abundancia
del rojo y del negro de la amapola,
de la efímera inocencia en la infancia
perdida en espiral de caracola;
engaño triste de mayor ganancia.
II
En mi hombría tu ánima permanece
despuntando de dolor los abrojos,
y descorriendo los duros cerrojos
que restañan el sol cuando amanece.
Ese trasnochado hombre ya perece;
acalla su voz y cierra los ojos;
se desnuda de sus viejos antojos
siendo consciente de cuanto carece.
Y soy otra vez niño junto al río
por el que fluyen nuevas emociones,
que me engalanan con gayo atavío;
y a la razón no le valen razones
para ocultar el sentimiento mío
bajo el manto de las viejas canciones.
III
Observo tu sombra junto a la mía
(distinto perfil en la proyección),
notas vivas de la misma canción
de tu feminidad y de mi hombría.
Ánimus y ánima, ambos en la ría
fecunda en la singular emoción;
dos sombras diversas del armazón
y una brillante expresión de alegría.
Fuentes ambos de sensibles pasiones
en intercambio rico y permanente,
sujetos a las mismas reacciones
en las que se equiparan como un ente,
sensible a las iguales ovaciones
que, sobre el cuerpo, sitúan la mente.
..ooOoo..